La comarca de Montánchez y Tamuja muestra las huellas de su pasado histórico en un conjunto diseminado y prolífico de hallazgos y edificaciones civiles y religiosas que nos hablan de un interesante patrimonio artístico y monumental, cuyos antecedentes se remontan a la prehistoria. Vestigios de las culturas que se asentaron en la zona se muestran en museos cacereños y en los montes y riberos de la comarca, que aún albergan castros, yacimientos y otras incipientes construcciones de los primeros pobladores de estas tierras.

La importancia de los romanos se deja sentir también de modo significativo en la comarca. No faltan estelas funerarias ni abundantes restos de su presencia. Además de los sepulcros encontrados en "Las Lanchas", el Castillo de Montánchez fue fundado con toda probabilidad por los romanos como campamento defensivo.
De aquella época, la localidad de Salvatierra de Santiago debió de ser de las más importantes de Extremadura a decir de los numerosos hallazgos encontrados en su termino, muchos de ellos en el Museo Arqueológico de Cáceres, otros -columnas, aras, lápidas, epígrafes, etc.- ubicados y diseminados como originario material de construcción por todo el núcleo de población.

La ocupación romana y visigoda de Extremadura dejó una magnifica huella de su arquitectura en las proximidades de Alcuéscar, donde se levanta la basílica visigoda de Santa Lucía, en la llamada finca del Trampal (denominada así por la abundancia de fuentes de agua que existen en sus cercanías). Asentada en la la ladera de la Sierra del Centinela, a la umbría, la basílica del Trampal es la única de su genero que se conserva en pie en todo el área sur de la península.
El Castillo de Montánchez.
La basílica visigoda de Santa Lucía del Trampal.
A pocos kilómetros de Alcuéscar, encontramos la ermita de Santa Lucia, exponente en la comarca de la importancia que alcanzó Extremadura en tiempos de la monarquía hispanovisigoda. Se trata de una edificación sobria y armónica, de disposición ortogonal, de la que se conserva originariamente la parte central del edificio, compuesta por una cabecera con tres ábsides, un crucero y un coro, y una aula o nave. Todo ello construido con piedra de sillería en los ángulos, vanos y bóvedas, y en el resto se han utilizado sillerejo y mampostería. La basílica visigoda de Santa Lucía es la única que aun se conserva en pie en toda la zona sur del Tajo.
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