Hace más de quince años en una de mis visitas por los pequeños pueblos de la comarca, esos pueblos encantadores por su gente hospitalaria y por sus tesoros escondidos, encontré un pequeño lienzo pintado al óleo en el que, junto a un dibujo, se narra un milagro ocurrido en Benquerencia a principio del siglo XVIII. Dicho cuadro se encontraba en la ermita del Santísimo Cristo del Amparo, una de las siete maravillas de la comarca. Y digo se encontraba porque en mis posteriores visitas a este templo ya no lo he vuelto a ver. No obstante pude transcribir el texto que dice así: “Milagro efectuado por el Santísimo Cristo del Amparo y que se narra: Isidoro Martín Sereno, natural de Benquerencia de Montánchez, estando encima de la capilla mayor de la iglesia quitando unos ladrillos cayó al suelo con dos ladrillos en las manos. Viendo su próxima muerte invocó la protección del Santísimo Cristo del Amparo, e inmediatamente quedó colgando un cuartón que estaba sobre el tejado. Mas a poco se hundió todo y quedó hasta la cintura de escombros, sin daño ni imperfección alguno, todo debido a la fe con que invocó la protección del Santísimo Cristo del Amparo. Acaeció este milagro el 4 de marzo de 1712.”
MARCELINO MORENO MORALES, Sierra y Llano, n. 29 (2010), p. 25.
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